APOLOGÍA DE UN GOBERNANTE
Por: José Alonso Célis
Gentil Gómez: “Prefiero que
me recuerden como un alcalde de carácter y no un blandengue…”
“Si no somos capaces de
educar a nuestros hijos debía de darnos vergüenza tenerlos…”
“Retroceder es volver a la
Patria Boba…”
Me decía un paisano en
Cualamaná que convencido como estaba del buen desarrollo que había tomado
Melgar en manos de Gentil él se sentía arrepentido de no haberle votado para la
alcaldía de Melgar pero que otra vez sería; esta sería Miguel Antonio Parra en
quien veo su digno sucesor. He querido recoger estas palabras del paisano y
traerlas a esta apología porque las considero salidas de un corazón serio con
propósitos de enmienda y con satisfacción de obras y es que ni más faltaría que
uno no fuera a arrepentirse de sus errores electorales después de sufrir las
decepciones de sus dirigentes políticos y después de ver todas estas obras que
nos ha construido un gobierno de derechos y oportunidades bajo la dirección de
gentil Gómez, con la anuencia de algunos concejales de buena voluntad y con el
apoyo de sus equipos de gobierno y de trabajo.
Es en este orden de ideas
que yo quiero hacer la apología porque no me voy a cansar de decirlo y de
escribirlo y Melgar le va a quedar debiendo tanto a Gentil Gómez, tanto y
cuanto, que solo la historia y los que la escribimos inexorablemente lo tenemos que decir4, así
les guste o no a unos cuantos pero Gentil Gómez, el alcalde, ha escrito con letras
de molde las mejores páginas de la historia Melgarense. Y esto no lo dice un
ciudadano del común y corriente ni un periodista de pacotilla quizá
influenciado por alguna condecoración o por algunas pautas publicitarias que
haya podido percibir de esta administración pública, sino un ciudadano y un
periodista que ha venido revolcándose durante más de 50 años en el barrizal de
la política melgarense y que como ciudadano y como periodista no se puede dejar
acorralar por los detractores ni se puede conformar con ver pasar la historia
de su pueblo a través de los ventanales de las páginas de su periódico sin
decir con valor y decisión las cosas buenas que ha habido para decir.
Un pensador universal decía
que en el mundo existían solo dos lugares donde se podía obtener el honor y la
gloria. Uno de estos lugares era el foro mediante la palabra y el otro lugar
era el campo de batalla mediante la lucha. Pues bien, Gentil Gómez ha sabido
obtener ese honor y esa gloria en el foro mediante su palabra altruista y
grandilocuente, la mejor del Tolima, y en el campo de batalla mediante su
lucha, su trabajo arduo y denodado en beneficio del mejoramiento del modus
vivendi de sus conciudadanos melgarenses.
Yo he sido testigo
excepcional de sus logros pues tuve la oportunidad de andar detrás de él
durante varios quinquenios por campos y veredas llevándole a las comunidades el
parte de un deber bien cumplido como concejal de melgar en dos oportunidades y
como diputado del Tolima en otras dos, y diciéndole a esas comunidades que él
había sabido ser superior a sus compromisos y sus obligaciones con ellas
contraídas. Quedan entonces expuestas las huellas del pasado mezcladas con las
huellas de concreto y de cemento de sus obras de Inalí, Veragüas, Cálcuta,
Cualamaná, 17 de Enero, Las Vegas, Los Barrios Unidos, y otros barrios y
veredas que todos conocemos por lo que no es necesario inventariar.
Termino valiéndome de las
palabras de shopenhower el padre de la filosofía alemana que decía que una de
las cosas que entre más desnuda era más bella, es la verdad,y con esa verdad
del pensador le quiero decir al alcalde Gentil Gómez que muchas gracias por
todas sus obras construidas, muchas gracias por esos kilómetros de salud, de
educación y de folclor construidos, gracias por la construcción de esas redes
terciarias campesinas y de esas redes de servicios píblicos domiciliarios, pero
que de verdad muchas gracias por la construcción de esos muros de contención
contra la corrupción y la desidia para que Melgar no vaya a ser un territorio
de bandidos y ladrones como tantos que hay en Bogotá y en Colombia, para que
Melgar no vaya a entronizar los vicios de ayer como costumbres de hoy sino para
que sea ese corazón de Colombia que todos queremos, donde nuestros hijos y los
hijos de nuestros hijos y los hijos de tu hijo Señor Alcalde, se sientan
felices de ser mejores y buenos melgarenses.
La apología de un gobierno
de derechos y oportunidades es cierta porque es un movimiento que transpira
plazunismo, cordillerismo, confianza, progreso y desarrollo, porque es un
movimiento que tiene como claro y fundamental propósito rescatar los valores
culturales, morales, sociales y políticos de Melgar para los melgarenses.